interpretación. Pero su más grande monumento consiste en sus dos ilustres discípulos: Teodoro de Mopsuestia y Juan Crisóstomo. Estos dos hombres se diferenciaron mucho en todos los aspectos. Teodoro mantenía puntos de vista más bien liberales respecto a la Biblia, mientras que Juan la consideraba en todas sus partes como infalible Palabra de Dios. La exégesis del primero fue intelectual y dogmática; pero la del segundo más espiritual y práctica. El primero fue famoso como crítico e intérprete; el
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